COVID-19 ha traído consecuencias que cambian la vida de los millones de personas a las que ha afectado. Se han perdido decenas de miles de vidas desde su brote en diciembre de 2019.
Esta pandemia mundial ha debilitado las economías y las empresas, y la industria alimentaria no se ha salvado. Muchos países han optado por cerrar, cerrar puertos y aeropuertos en un intento por evitar el virus. Varios de estos países han impuesto bloqueos de un mes que se pueden extender según sea necesario, y algunos expertos creen que los bloqueos de COVID-19 pueden durar hasta 12-18 meses.
Esto se convierte en un serio obstáculo para muchas naciones que dependen de las importaciones. Mover carga, incluso artículos esenciales como alimentos, es un gran desafío que necesita soluciones creativas. Tanto la oferta como la demanda se ven afectadas, y los sectores marginados son los más afectados.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los países que dependen de las importaciones de alimentos pueden tener un aumento promedio de la desnutrición de hasta el 8% anual. Esto puede socavar severamente años de esfuerzo para llevar la seguridad alimentaria y la salud a las comunidades vulnerables.
La seguridad alimentaria en el momento de una pandemia en expansión es fundamental para mantener a las comunidades saludables y en funcionamiento. Los alimentos seguros y nutritivos también deben priorizarse, ya que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.
Para los países que producen cultivos básicos, es imprescindible tener un arsenal para apoyar a las poblaciones locales. Tomar las siguientes acciones clave durante esta pandemia puede ayudar inmensamente a las poblaciones alimentadas:
La planificación adecuada de las temporadas de cosecha programando una fuerza de trabajo bien estructurada para ayudar a los agricultores puede ayudar a aumentar la productividad mientras se mantiene el riesgo de transmisión al mínimo. Una fuerza laboral concentrada y sostenible puede acelerar en gran medida la cosecha. Aún más, tener un horario organizado puede ahorrar tiempo, recursos y, lo más importante, vidas.
Estos tres pasos son algunas de las acciones que los gobiernos y las organizaciones internacionales pueden hacer para asegurarse de que las naciones puedan tener alimentos. De lo contrario, puede aumentar el hambre, la desnutrición e incluso los disturbios entre los sectores marginados.
Las soluciones posteriores a la cosecha, como los capullos (Cocoon) y bolsas de GrainPro, pueden ayudar a almacenar alimentos para un consumo seguro incluso después de un año de almacenamiento. Mediante el uso de estas soluciones con materiales herméticos, se evitan los insectos, la humedad y además se inhibe el crecimiento de mohos.
Reconocer que la industria agrícola necesita ser apoyada y protegida es la dirección correcta para construir naciones más fuertes.
La creatividad, la resistencia y el uso reflexivo de la tecnología pueden ayudar a mitigar los efectos desastrosos de COVID-19. Apoyar a los productores de alimentos, especialmente a los pequeños agricultores, es más importante ahora que nunca.